La infección en los riñones se conoce médicamente como pielonefritis y es un tipo de infección del tracto urinario que afecta a uno o ambos riñones. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, es más común en los adultos mayores. Mantente atento porque los síntomas son menos evidentes a esta edad. Quédate leyendo para que tengas toda la información y prevengas esta enfermedad.
Una infección renal puede presentarse porque las bacterias (o, en casos muy raros, virus) suben desde la vejiga o la uretra hasta los riñones, que son los filtros naturales de nuestra sangre. Estos órganos ayudan a eliminar toxinas y mantener el equilibrio de líquidos y minerales. Al infectarse, su funcionamiento se afecta y hace que los riñones se inflamen, lo que puede provocar síntomas como fiebre, dolor o malestar general.
Trátala lo antes posible para no generar daños en los riñones o insuficiencia renal.
Las causas más comunes de la infección renal son las bacterias, sobre todo Escherichia coli, que normalmente vive en el intestino y puede llegar a la vejiga o los riñones. Otras bacterias, como Proteus o Staphylococcus, también pueden ser causantes.
La infección suele empezar en la vejiga y subir por los uréteres. Las razones más comunes son:
Cuando se presenta una infección en los riñones, el cuerpo suele enviar varias señales a las que debes estar atento.
Lo más común es sentir fiebre acompañada de escalofríos, ya que el cuerpo está intentando combatir la infección.
También puede aparecer un dolor fuerte y persistente en la parte baja de la espalda o en los costados (lo que los médicos llaman “dolor en flanco”), que muchas veces se confunde con un mal movimiento o dolor muscular. Al ir al baño, es posible que sientas ardor o molestia al orinar, ganas urgentes y frecuentes de hacerlo, así como cambios en la orina: puede verse más oscura, turbia, tener mal olor o incluso presentar sangre. Algunas personas también experimentan náuseas, vómitos o molestias en el estómago.
Para saber si hay una infección en los riñones, el médico te preguntará por tus síntomas y hará un examen físico, en especial presionando suavemente los costados para detectar dolor. Luego, realizará un análisis de orina para identificar si hay bacterias, sangre o glóbulos blancos, y en muchos casos puede solicitar un cultivo para saber exactamente qué bacteria está causando el problema y cuál es el antibiótico más efectivo.
Si tus síntomas son fuertes o no mejoran con el tratamiento, se pueden hacer exámenes de sangre y estudios de imagen como una ecografía o tomografía, que ayudan a ver si hay obstrucciones, piedras o daño en los riñones. Todo esto permite confirmar el diagnóstico y tomar decisiones sobre el tratamiento.
Sí, no dudes en consultar al médico si presentas los síntomas que te mencionamos anteriormente. No esperes a tener complicaciones como abscesos o insuficiencia renal.
Algunas personas tienen más probabilidades de desarrollar una infección en los riñones. Por ejemplo, las mujeres corren más riesgo debido a que su uretra es más corta, lo que facilita la entrada de bacterias. Los adultos mayores también son más vulnerables, porque pueden no notar los síntomas típicos y porque su sistema inmune suele estar más débil.
Otros factores de riesgo son enfermedades como la diabetes o recibir tratamientos que bajan las defensas del cuerpo. También están en riesgo quienes usan sondas urinarias, tienen obstrucciones como piedras en los riñones o agrandamiento de la próstata, y las mujeres embarazadas, ya que los cambios hormonales y físicos pueden hacer más difícil el vaciado completo de la vejiga.
Algunas acciones prácticas que puedes empezar a realizar en tu día a día para prevenir una infección en los riñones son:
Un tratamiento adecuado para los cálculos renales debe ser guiado por un médico, mientras lo visitas, te contamos un poco en qué puede consistir:
1. Antibióticos
Se prescriben según la gravedad de los síntomas, se eligen según los resultados del cultivo de orina y en casos graves se pueden suministrar vía intravenosa.
2. Alivio del dolor y control de fiebre
Para esto te pueden recomendar algunos medicamentos.
3. Seguimiento médico
Si los síntomas no mejoran después de terminar antibióticos, es mejor hacer otra evaluación o estudios de imagen.
Si estás atravesando una infección en los riñones, lo más recomendable es esperar a que termines el tratamiento y los síntomas desaparezcan antes de retomar las relaciones sexuales. Durante la infección, el cuerpo necesita descanso y cualquier actividad que aumente el malestar o el riesgo de irritación puede dificultar la recuperación.
Tener relaciones en ese momento podría empeorar la infección o favorecer que las bacterias vuelvan a subir por las vías urinarias.
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