Causas y Tipos

Una de cada cuatro mujeres*, de todas las edades, presenta incontinencia urinaria.

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Eso significa que probablemente conoces a mujeres que tienen este síntoma, pero que no lo saben. Los escapes involuntarios de orina se presentan más comúnmente en mujeres que en hombres: de quienes presentan incontinencia, 75% son mujeres, lo cual se debe a situaciones específicas de su género, como parto normal, cambios hormonales y menopausia. Incluso, su propia fisiología contribuye a tan elevada cifra. Por lo tanto, es necesario romper el tabú, informarse más del tema y darse cuenta de que no es necesario cambiar para llevar una vida normal cuando se tiene incontinencia urinaria.

*De acuerdo con la institución estadounidense Urology Care Foundation.

Causas de la incontinencia urinaria

El primer paso es entender cómo funciona el sistema urinario.

Sabemos que los riñones se encargan de filtrar las sustancias innecesarias de la sangre, las cuales llegan a la vejiga (un órgano muscular en forma de saco con capacidad de dilatarse y contener hasta 500 ml). Cuando esta llega a la mitad de su capacidad, el cerebro recibe la información de que “ya puede vaciarse”. A su vez, este da la orden a la vejiga, la cual envía la orina a la uretra, formada por dos músculos esfinterianos. El primer músculo se abre después de que el cerebro da la orden. El segundo puede controlarse de manera voluntaria, así que se mantiene cerrado hasta que uno decida. Sin embargo, cuando los músculos del suelo pélvico no funcionan correctamente, se produce la pérdida de orina, o sea, la incontinencia urinaria.

En gran parte de los casos. los músculos del suelo pélvico están débiles y no tienen un funcionamiento adecuado lo cual impide que la uretra se mantenga cerrada.

Pero, ¿por qué se debilitan los músculos del suelo pélvico?


1. Embarazo y parto

Durante el embarazo, el cuerpo no solo cambia físicamente, sino también desde el punto de vista hormonal. Los cambios hormonales, junto con la presión que el útero ejerce sobre la vejiga y el esfuerzo del parto, debilitan los músculos del suelo pélvico. Por lo tanto, la incontinencia urinaria puede ocurrir durante el embarazo o incluso mucho después del parto. No obstante, este síntoma suele ser pasajero. Si estás considerando embarazarte, es importante que hagas ejercicios para fortalecer estos músculos. Consulta más información acerca del embarazo y la incontinencia aquí. (el enlace debe llevar a la pestaña Embarazo, parto y primeros meses) aquí

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2. Menopausia

Durante la menopausia, la ausencia de hormonas, en especial de estrógeno, adelgaza las paredes de la uretra, lo cual puede disminuir la capacidad de control del esfínter.


3. Sobrepeso

El sobrepeso, principalmente la grasa abdominal acumulada, puede ejercer mayor presión sobre los músculos abdominales y pélvicos; estos últimos se relajan y, por lo tanto, se produce la incontinencia urinaria.

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4. Problemas neurológicos y diabetes

Los problemas que afectan el sistema nervioso y que dificultan la comunicación entre el cuerpo y el cerebro también pueden derivar en la incapacidad de controlar la orina, dado que la vejiga y el cerebro no se “hablan”. Algunos de estos padecimientos son la enfermedad de Parkinson y Alzheimer, espina bífida, esclerosis múltiple y daño cerebral. La diabetes también puede causar incontinencia urinaria. Todos estos padecimientos pueden causar tanto una vejiga hiperactiva (necesidad frecuente de orinar) como una vejiga hiperactiva (vaciamiento incompleto de la vejiga, lo cual causa pérdidas).


5. Medicamentos

Muchas veces, la incontinencia urinaria puede ser un efecto secundario de determinados medicamentos, ya que muchos tienen propiedades diuréticas, es decir, provocan la eliminación de más líquido. Si comenzaste a tomar un medicamento y has percibido pérdidas de orina al mismo tiempo, consulta con tu médico.

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6. Infecciones urinarias frecuentes

Las infecciones urinarias pueden causar hipersensibilidad en la vejiga, lo cual provoca que esta envíe falsas señales de “vaciamiento” al cerebro y, por ende, den ganas de orinar sin que esté llena. Es importante realizar el tratamiento adecuado e informar cualquier anomalía permanente al médico.


Tipos de incontinencia urinaria

Incontinencia de esfuerzo

Ocurre cuando se realiza un esfuerzo, como toser, estornudar, brincar o cargar peso. Dicho esfuerzo causa presión sobre la vejiga, la cual se dilata, y los músculos del suelo pélvico no logran contraerse lo suficiente para retener la orina. Es uno de los problemas urinarios más frecuentes en mujeres, principalmente durante actividades físicas.

Incontinencia de urgencia

También conocida como vejiga hiperactiva, es el deseo repentino y urgente de orinar, causando la pérdida involuntaria de orina. Por lo general, la frecuencia urinaria aumenta y la pérdida se produce en pequeñas cantidades.

Incontinencia mixta

Es una combinación de incontinencia de esfuerzo e incontinencia de urgencia. En ocasiones, se producen pérdidas de orina al reír, toser o cargar peso. Otras veces, se produce la urgencia y la frecuencia urinaria aumenta.

Incontinencia por rebosamiento

Está relacionada con un trastorno en la fase de evacuación de la vejiga, donde se acumula un gran volumen de orina, lo cual aumenta la presión sobre el cuello vesical, que acaba por ceder ante el peso de la uretra y deriva en la pérdida de orina.

Prevenir y Cuidar

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Prevención

El debilitamiento de los músculos del suelo pélvico, independientemente del motivo, es la causa principal de la incontinencia urinaria.

Por lo tanto, la mejor forma de prevenirla es evitar el desgaste de estos músculos y fortalecerlos. A continuación, algunas recomendaciones:

1) Cuidá tu peso

El peso de la grasa abdominal aumenta la presión sobre la pelvis, lo cual relaja la musculatura del suelo pélvico y afecta su funcionamiento.

2) Mantener la postura

Los músculos del suelo pélvico también sostienen la columna vertebral. De este modo, la estabilización lumbar ayuda a mantener los músculos en su lugar.

3) No fumar

El tabaquismo aumenta la producción de moco e irrita las células pulmonares, causando tos crónica. Al toser, aumenta la presión intraabdominal y se fuerzan los músculos del suelo pélvico. Con el paso de los años, esta zona se va desgastando.

4) Practicar deportes de bajo impacto

Algunos deportes, como las carreras y el salto de longitud, pueden generar un gran impacto en la musculatura pélvica, sobre todo si se realizan a nivel profesional. Por lo tanto, es mejor practicar un deporte de bajo impacto, como la natación.

5) Consumir alimentos ricos en fibra.

El estreñimiento sale del intestino cargado y aumenta la presión sobre la musculatura de la pelvis. Constante, esta imagen puede usar los músculos del suelo pélvico. Por lo tanto, consumir fibras para el buen funcionamiento del intestino. Están presentes en grandes cantidades en vegetales, frutas y granos enteros. Para un mejor efecto, aumentar la cantidad de agua ingerida diariamente.

6) Tener cuidados especiales durante el embarazo y posparto.

El peso del bebé durante el embarazo y el trabajo de parto pueden afectar la musculatura del suelo pélvico. Intenta practicar los ejercicios de Kegel (que fortalecen la musculatura de esa zona) desde el inicio del embarazo. De ese modo, podrás tolerar mejor el peso que subas en el embarazo y estos músculos se recuperarán más rápido después del parto.

7) Fortalecer los músculos del suelo pélvico.

Como cualquier otro músculo, puedes tonificar los músculos del suelo pélvico con ejercicio. Más conocidos como ejercicios de Kegel, estos consisten en la contracción y relajación en secuencia de la musculatura del suelo pélvico durante algunos minutos. Puedes hacerlos todos los días en cualquier lugar. Si se realizan correctamente, pasan desapercibidos para las demás personas, además de ser el método más eficaz para fortalecer y tonificar el suelo pélvico.


Cuidados

1) Habla abiertamente con tu médico

A la mayoría de mujeres les avergüenza tener incontinencia urinaria. No obstante, un síntoma que se presenta en una de cada 4 mujeres* no puede considerarse algo poco común. Habla con tu médico. Dile todo lo que sientes y lo que te pasa cuando tienes escapes involuntarios de orina. Seguramente, tendrá experiencia al respecto y te ayudará a identificar el tipo de incontinencia que tienes, así como el tratamiento más adecuado. *De acuerdo con la institución estadounidense Urology Care Foundation.

2) Realiza fisioterapia para la musculatura pélvica

Siempre bajo supervisión profesional, la fisioterapia te ayudará a fortalecer la musculatura del suelo pélvico. Con la práctica regular de 3 a 6 meses, los casos leves y moderados pueden mejorar e incluso desaparecer por completo. Además, estos ejercicios pueden realizarlos mujeres de todas las edades. Si así lo prefieres, puedes comenzar tu misma a fortalecer los músculos. Ve los videos de la sección “Prevención”, los cuales te explican paso a paso los ejercicios.

3) Evita alimentos y bebidas diuréticas

Algunos alimentos pueden aumentar la producción de agua por sus características diuréticas y empeorar la incontinencia urinaria. Por lo tanto, debes evitar el consumo de alcohol, café, té negro, refrescos, chocolates, picantes, cítricos y azúcar.

4) Dispositivos médicos

Cuando la fisioterapia no es suficiente, una opción es un catéter de drenaje portátil. Es una de las intervenciones temporales más comunes cuando la incontinencia se derivó de alguna cirugía y el paciente está en recuperación.

5) Medicamentos

En el caso de vejiga hiperactiva (la necesidad urgente y repentina de orinar), existen medicamentos que pueden controlarla. No obstante, es necesario consultar al médico para determinar el mejor tratamiento.

6) Mantén la calidad de vida.

Si tienes que vivir con incontinencia urinaria, no permitas que eso te detenga.

TENA tiene una amplia línea de productos especialmente diseñados para cada necesidad y nivel de incontinencia, que va desde las toallas especialmente diseñadas para pequeños escapes de orina, hasta opciones con mayor capacidad de absorción, como la ropa interior desechable TENA Pants.

A diferencia de las toallas sanitarias, las toallas para incontinencia están diseñadas para retener el líquido de la orina, que es menos denso; así, te sentirás más segura, ya que protege contra las pérdidas y los olores. Y gracias a su discreto diseño, podrás llevar una vida totalmente normal.

Embarazo, Parto y Primeros meses

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Causas de incontinencia en el embarazo

En las mujeres, una causa frecuente de incontinencia urinaria es el embarazo y el trabajo de parto, lo cual se debe a factores como:


Debido a esta distensión de la musculatura pélvica, la incontinencia urinaria puede empeorar incluso después del parto.

Pero no te preocupes: el embarazo no es sinónimo de incontinencia permanente. Solo 40% de mujeres presenta algún nivel de incontinencia durante el embarazo.

Después del parto, la cifra aumenta. No obstante, los especialistas afirman que todos los niveles de incontinencia son tratables y, cuando hay pérdidas de orina tras el parto, la probabilidad de eliminar el síntoma es superior a 80%.

Si acabas de dar a luz y tienes incontinencia, consulta a tu ginecólogo. Después de una evaluación adecuada, te indicará un tratamiento que puede consistir en la rehabilitación de los músculos del suelo pélvico mediante fisioterapia, medicamentos o incluso cirugía.


Pero, en lugar de tratarla, ¿por qué mejor no prevenirla?

Prevención con ejercicios.

Pilates: puede realizarse desde el primer trimestre sin ningún tipo de complicación ni para vos ni para tu bebé. Los ejercicios deben enfocarse en fortalecer el abdomen y la musculatura pélvica, y pueden realizarse hasta dos veces por semana en sesiones de una hora.

Ejercicios de Kegel: Ayudan a fortalecer la musculatura del suelo pélvico, así que es la mejor forma de prevenir la incontinencia urinaria no solo durante el embarazo, sino también en el posparto y los años posteriores.

Si estás embarazada, lo ideal es que recibas orientación de un profesional especializado en el tema (educador físico, enfermero, fisioterapeuta o el mismo obstetra) para realizar los ejercicios de forma correcta.

Debés hacer dos o tres sesiones de ejercicios todos los días con la vejiga vacía. Uno consiste en contraer el músculo que interrumpe la salida de orina por 10 segundos y, en seguida, relajarlo por 15 segundos. Si querés saber cómo realizar los ejercicios aquí pon en práctica las siguientes recomendaciones:

1) Contracción y relajación.

El primer ejercicio que podés hacer para activar la zona es contraer el ano y la vagina: si la contracción es adecuada, tendrás una sensación de compresión y la pelvis se elevará ligeramente hacia dentro, alrededor del ano y la vagina. No podés mover otras partes del cuerpo y debes respirar lentamente mientras haces este ejercicio. Luego, practica un movimiento contrario a la musculatura, como si trataras de expulsar las fibras de esa zona para relajar el suelo pélvico lo más posible. Podés realizar este ejercicio varias veces al día, ya sea sentada, acostada o de pie, en cualquier lugar donde te sintás cómoda.

2) Poné atención a los músculos en movimientos diversos.

Este ejercicio también es importante para fortalecer el suelo pélvico. Seguramente ya sabés que la musculatura pélvica se activa cuando toses, estornudas o te reís, o con cualquier otro movimiento que estimule la contracción y relajación de esa zona. Para entrenar la musculatura y evitar que se relaje en esos casos, debés estar atenta y contraer justo en ese momento los músculos del ano y la vagina. Aunque puede costarte las primeras veces, conforme vayás practicando, el movimiento de contracción te parecerá de lo más normal.

3) Práctica constante y regular.

Si practicás estos ejercicios todos los días, podrás fortalecer la musculatura del suelo pélvico. Por lo tanto, es importante que tengás el hábito de realizarlos siempre que podás.

Te recomendamos que dediques unos minutos del día para hacerlos, ya sea en tu casa o en algún receso de tu jornada laboral. También podés ejercitar los fines de semana. Aunque no notes los beneficios ahora, te garantizamos que lo harás a futuro.